miércoles, 31 de marzo de 2010
LOS PERROS ROMÁNTICOS
En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el espacio de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
Y aquí me voy a quedar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
UN AMIGO DE ESOS QUE POCO SE ENCUENTRAN. ROBERTO ME SALUDA DESDE EL INFINITO. COMPARTIMOS LA MISMA MIRADA.
ResponderEliminarRoberto dejo dicho:
ResponderEliminar“En coches perdidos, con dos o tres amigos lejanos, vimos de cerca/ a la muerte”;
Yo deigo:
En coches pérdidos, en carreteras inventadas, al borde el abismo, cuando cae la tarde,cuando la vigilia a penas empieza, ebrios o sobrios, delirando en el pavimento o soñando en otros universos, donde sea.........con los amigos, aunque a veces sea la carretera la que nos separe!!!
Saludos y Besos!!!
excelente
ResponderEliminar