sábado, 14 de enero de 2012

Dreams WTF


Creo que ahora tendré que pedir permiso para morir un poco.
Con permiso, ¿eh? No tardo. Gracias…
Trataría de olvidar los fragmentos de un pasado a intervalos ubicados e incrustados directamente como vidrios rotos en mi cabeza, había recordado aquel tortuoso paseo de niñez por el puente, las sombras gélidas, el aire envuelto en una especie de halo asfixiante, mis ojos enterrados en el suelo como arboles que quizás ya no quieran dar raíces y mi pie izquierdo cayendo por entre la madera, esa misma que nunca más volvería a ver pues el tiempo siempre se torna irrecuperable y efímero, mientras observo la extremidad amenazada por el infinito, reflejada en un espacio de agua como si fuera espejo. Entonces… parece que camino imaginando los sabores de los colores, el gris sabe un poco a ceniza, se incrusta en mi nariz como si fuera un clavo hirviendo, penetrante, amenazante. Hay cierto sabor a pintura en el blanco, mientras que el negro le recuerda a mi lengua esos dulces que alguna vez quemábamos con nuestras manos de niños en fogatas clandestinas alejadas del tiempo, buscando espacios en los cuales escapar a un mundo de fantasía, mi arcoíris ha desaparecido, close the rainbow: imagino una canción que tenga ese nombre, intento traer a mi mente todos los colores pero inevitablemente han desaparecido. Los arboles sonríen detrás de sus guaridas, me extienden las ramas como extensiones de su cuerpo, crujen como huesos quebrándose forzosamente, crac crac crac, lentamente, sí, muy lentamente la realidad se desfragmenta como un puzzle cuyo espacio es la naturaleza. Human nature, me parece que he escuchado alguna vez esa canción, los sonidos se entremezclan en mi mente cual arabescos cruzados de forma arbitraria, el aire se introduce como Deidad omnipotente, dejándose respirar, inundándolo todo. Hay un animal, muy lento mueve su cabeza, haciendo un giro que puedo observar perfectamente como centenares de fotografías tomadas en ráfaga, me lanza unas palabras inentendibles haciendo gestos múltiples, algo como una oración que no entiendo entonces.
(Muy rápido)
Los pensamientos fluyen muy rápido siento mis vertebras una a una quejarse gritar como serpientes retorciéndose no puedo parar mis pensamientos todo se mezcla transmitiendo una amalgama de conclusiones simultaneas en las que me imagino siendo un muñeco desprendiendo o desenroscando sus propios brazos como tornillos colores sabores olores sin poder distinguirlos como una especie de sinestesia letárgica en la que escucho letanías los arboles se desmoronan comienzan a convertirse en polvo arrojado a un vacio dentro de un agujero ubicado en el suelo que veo trasladarse a la parte superior de mi cabeza empezando un monologo que no puedo parar mi cabeza es como una locomotora veloz sin frenos trato de parar me chasqueo los dientes los castañeteo hasta sentir que suenan como tizas rozando la pizarra tapas de gaseosa rayando baldosas sonidos que destruyen mis percepciones trip viajo trato de querer no querer pero es inevitable colores que se cruzan aparecen cromatismos que nunca antes había experimentado aquí observo el arcoíris imagino mi vida reducida todo dentro de una caja oscura desperdigado como lo que siento no no no escrituras sobre piedras sensación de astillamiento caes hasta sentir que el abismo esta muy cerca de tus ojos entonces rio lloro canto bailo solotratoperorespondeaunanegativaneuralgicadetiempomezcladaenfuturosquenuncavereporquetratodenomiraralpasadoentoncestodoestomepareceinevitablebuscandofantasiasperdidasencoloresquealgunavezolvideenunaselvadelacualnorecuerdosuubicacionmientrassueñosueñosueñosueño.
(Muy lento)
Creo que algo de mi empieza a escaparse, la sensación de pérdida invade mi cuerpo, no sé qué pasa en mi interior, mi cabeza ha dejado de experimentar esas situaciones extrañas, ha empezado a doler mucho, siento abandonar el lugar poco a poco. Imagino una frase que ya había imaginado antes:

“Creo que ahora tendré que pedir permiso para morir un poco.
Con permiso, ¿eh? No tardo. Gracias… “
-Shhhhhhhhhhhhh, para, muere tranquilo.

Por : Joaquín Ramírez Jiménez.

viernes, 13 de enero de 2012

Seis en punto


Difícil precisar quién sería el próximo en la lista; la distancia entre uno y otro eran las tristezas y angustias que los separaban a abismales kilómetros mentales; más difícil el trabajo de penetrar en conciencias (consideradas a sí mismas banales) sin primero haber conocido las propias. El camino: el mismo, quizás distinto, los motivos: dispares y absurdos como todo en el mundo; lo cierto es que buscaban ser la nada, una forma cruel de la no existencia: ¡el auto exterminio! Primero fueron tres, luego seis; valiosa pista para desconfiar de la única banca de concreto ubicada en el parque central. Su procedencia: una pregunta aislada de respuestas; la hora escogida: la misma de siempre, justo antes de la puesta de sol, aproximadamente a las seis de la tarde, el caso: un total misterio, considerando que lo único en común de las muertes era la hora y el lugar en el que se encontraban las víctimas. Los representantes de la ley tardaron mucho en resolver el enigma. De lo que sí no hubo duda (justo después) fue de que el culpable era un “ser inanimado”: ¡la solitaria banca! Las primeras muertes fueron accidentales, luego, la banca servía de refugio a los valientes dispuestos a abandonar el perecedero y ostentoso mundo terrenal, hombres que vagaban cabizbajos por las calles sin ningún anhelo de vida o esperanza de beneficio, tal vez progreso. Desahuciados mentales, vivos sin alma con una llaga cubriendo sus rostros, desesperanzados sin sueños, individuos queriendo retornar a su génesis primitiva. ¡Melancólicos suicidas de una raza maldita! Algunas veces, conscientes de la maldición del lugar unos pocos se sentaban, levantándose inmediatamente arrepentidos, demasiado tarde, el daño era irreversible. Uno a uno fueron cayendo los tristes habitantes del desgraciado pueblo engrosando las filas del frio y desolado cementerio. El caos era insoportable: ¡ya hasta los niños tomaban la difícil y desquiciada decisión! El sacerdote, los vagabundos, los representantes de la ley, los niños, los ancianos y hasta los forasteros convenían en lo mismo. Las filas eran interminables, algunos madrugaban, otros ni siquiera dormían y la mayoría se pasaba meses esperando su turno. Se tuvieron que construir más cementerios, improvisados en la casa de los desgraciados difuntos. A las seis de la tarde, la agitación, el desespero y las peleas se multiplicaban como hormigas ansiosas saliendo de sus madrigueras. Hombres y mujeres cuidaban los puestos como bestias salvajes. Inevitablemente el pueblo empezó a quedarse solo, los rostros de los sobrevivientes eran rostros de duda manifestada en lo problemático y complejo de tal decisión. El caos era tal que las actividades laborales y todas las instituciones fueron abolidas; los hospitales, las iglesias, los negocios, asilos, escuelas, etc. Fueron cerrados, quedaba solo la cuasi infinita fila y la tez amarillenta a causa del poco consumo de alimentos por parte de los afligidos. No se sabe con certeza, que llevó a los habitantes a resignarse por completo al sin-sentido y abandonar tan apresuradamente sus labores terrenales para pasar a otro “plano superior”. Lo cierto es que el pueblo quedó totalmente abandonado y deshabitado y… De tarde en tarde, justo a las seis, se puede ver estacionado al lado de la banca, a un anciano desdentado y decrépito que cobra a los tristes forasteros (que se atrevan a tomar la decisión) altas sumas de dinero ¡a cambio de un suicidio digno y respetable!

Por: Joaquin Ramirez Jimenez

jueves, 17 de noviembre de 2011

UN POEMA DE MARITO



“Lo vi por primera vez en la calle de Bucareli, en México, es decir en la adolescencia, en la zona borrosa y vacilante que pertenecía a los poetas de hierro, una noche cargada de niebla que obligaba a los coches a circular con lentitud y que disponía a los andantes a comentar, con regocijada extrañeza, el fenómeno brumoso, tan inusual en aquellas noches mexicanas, al menos hasta donde recuerdo. Antes de que me lo presentaran, en las puertas del Café La Habana, oí su voz, profunda, como de terciopelo, lo único que no ha cambiado con el paso de los años. Dijo: es una noche a la medida de Jack. Se refería a Jack el Destripador, pero su voz sonó evocadora de tierras sin ley, donde cualquier cosa era posible. Todos éramos adolescentes, adolescentes bragados, eso sí, y poetas y nos reímos” (R.B)

SAN JUAN DE LA CRUZ LE DA 1 AVENTÓN
A NEAL CASSADY /EN LA FRONTERA
ENTRE EL MITO & EL SUEÑO/

La carretera se pandea rumbo al centro de su propio :incendio centrífugo
Tijuana se desvanece flotando bajo la mollera del ojo
Esquirlas de cabaret & colchón empujan la estela
de duendes que preña la ilusión de este instante
En el radio: Jim Morrison traga esporas crecidas
en la cicatriz del diluvio
Este puente mental va al volante
Estrellado el afuera & adentro
Verde mota la selva
El destino rodando
Todo ser & hasta en zancos escupe ovnis bordados
con alas de las más locas luciérnagas
Es de noche / & en carretera / & volando
Los Doors con los dientes hacen realidad su voltaje
El cuerpo del alma se baña en el viaje
El centro se curva
La curva es salvaje
La carretera es Dios mismo
Cada ganglio / cada trozo
resbala: se esfuma
El pie va braceando
La mente desyerba la euforia del eco.

jueves, 14 de julio de 2011

LA JAULA

Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.

Acto creativo

Por el huevo roto en el suelo
Por el 5 de julio
Por el pez en la pecera
Por el viejo de la habitación nº 9
Por el gato sobre el muro
Por ti mismo
No por la fama
Ni por el dinero
Tienes que seguir luchando
Cuanto te haces viejo
Disminuye el atractivo
Es más fácil cuando se es joven
Cualquiera puede alcanzar
Las alturas alguna que otra vez
La clave consiste en
Resistir
Cualquier cosa que sirva
Para que
Esta vida siga bailando
Frente a
Doña Muerte.

martes, 12 de julio de 2011

III MANIFIESTO ONIRISMO-BESTIAL.


Jurarás no mirar más hacia atrás mientras buscas perderte en el poder de los sueños, tu gran palabra será silencio, te sumergirás en sus aguas como pez que cruza el rio. Serás como piedra, viento o aire, una criatura rebosante de energía dispuesta a conquistar cada rincón del mundo; aniquilarás realidad, eso que por tradición han tratado de fundar en nuestras mentes como cierto. Destruirás sus mentiras mientras te conviertes en un soldado de la palabra, un emisario de los sueños. Entrégate al poder que te ofrece el camino de la fantasía, que tu espada sea tu lápiz, desenváinala y úsala en todo momento; la escritura será tu guerra, atrinchérate en tus pensamientos y dispara tus ideas al mundo.
Conviértete en pájaro que se deja llevar por el viento, despliega tus alas hacia el cielo, aléjate a tu propio desierto, guarda en tu mochila tu alimento, que nunca falte el papel y la tinta, consume tus cactus sagrados, recorre el espacio árido, no temas si descubres manantiales u oasis y nunca te olvides de alimentar a los buitres, recuerda que también hacen parte de la naturaleza y guardan en el fondo una parte de lo divino. Nunca temas, los animales te auxiliarán, ellos entienden tu misión. Crea hermosos relatos, canciones fantásticas elaboradas por ti mismo, cantos que tengan sabores y colores, que sepan a vino y te embriaguen con su poderoso elixir. Caminarás errabundo con tu mente limpia, libre de todo aquello que pretenda atraparte o amarrarte.
Hazte piedra, flor de loto, agua viva cristalina, aire, aliento de vida, que la vitalidad rebose tu alma y tu cuerpo, nunca olvides ser siempre un niño que crea, un infante capaz de destruir eso que otros quieren imponerte al arbitrio; crea tus propios mitos, construye tus propias ciudades en las que abunde la naturaleza y abandónate a…
Entonces ríe, llora, canta, baila, juega, llora, corre, salta, gime, sufre, escupe, duerme, sueña, dibuja, escribe, colorea, crea, destruye, pinta, camina, reposa, habla, vive, muere y sobre todo parte a…
Sueñasueñasueñasueñasueñasueñasueñasueñasueñasueñasueñasueñasueñasueñasueñasueña
Duermeduermeduermeduermeduermeduermeduermeduermeduermeduermeduermeduerme
Sueñaduermesueñaduermesueñaduermesueñaduermesueñaduermesueñaduermesueñaduerme
Nunca olvides crear y soñar.
P.S: lo anterior ha sido elaborado por una máquina de escribir sin mediación humana alguna, quien quiera escuchar que escuche y pregone el mensaje.

Habla el poeta, silencio. JOAQUIN RAMIREZ JIMENEZ.

domingo, 19 de junio de 2011

Atole



Vía a Mario Santiago y Orlando Guillén
los poetas perdidos de México
tomando atole con el dedo

En los murales de una nueva universidad
llamada infierno o algo que podía ser
una especie de infierno pedagógico

Pero os aseguro que la música de fondo
era una huasteca veracruzana o tamaulipeca
no soy capaz de precisarlo

Amigos míos era el día en que se estrenaba
<>
así que ya se lo pueden imaginar

Y Mario y Orlando reían pero como en cámara lenta
como si en el mural en el que vivían
no existiera la prisa o la velocidad

No sé si me explico
como si sus risas se desplegaran minuciosamente
sobre un horizonte infinito

Esos cielos pintados por el Dr. Atl, ¿los recuerdas?
sí, los recuerdo, y también recuerdo
las risas de mis amigos

Cuando aún no vivían dentro del mural laberíntico
apareciendo y desapareciendo como la poesía verdadera
esa que ahora visitan los turistas

Borrachos y drogados como escritos con sangre
ahora desaparecen por el esplendor geométrico
que es el México que les pertenece

El México de las soledades y los recuerdos
el del metro nocturno y los cafés chinos
el del amanecer el del atole

jueves, 2 de junio de 2011

LISERGIC ACID


He introducido el veneno en mi lengua
he dejado que el infierno sacrifique mis
lágrimas y con sus cuchillas maltrate mi carne,
mis nervios retorcidos.
He viajado hacia el trance más absurdo buscando
paraísos que me ayuden a escapar de la ilusión que
guardan en su interior mis ojos.
Y me he forjado una armadura fuerte con vidrios
incrustados en mi carne para que solo yo pueda hacer
daño a mi cuerpo,
escupiendo a la cara de esos fantasmas que me
persiguen,
exprimiendo con mis propias manos esa masa acuosa
y blanda que se encuentra incrustada en mi cráneo,
implantada en mi cuerpo como una extensión obligada,
un órgano extraño impregnado de sangre.
Es entonces cuando con mis manos bañadas en carmesí
empuño fuertemente el pequeño y cuadrado cartón llevándolo
con lentitud a mi reseca boca, Extiendo mi vista hacia el cielo
lanzando una impronunciable Oración.
¡Ah, es hora de enfrentar un nuevo amanecer!


Por Joaquín Ramírez Jiménez (Ikashi Merodach)
Silencio.