domingo, 19 de junio de 2011

Atole



Vía a Mario Santiago y Orlando Guillén
los poetas perdidos de México
tomando atole con el dedo

En los murales de una nueva universidad
llamada infierno o algo que podía ser
una especie de infierno pedagógico

Pero os aseguro que la música de fondo
era una huasteca veracruzana o tamaulipeca
no soy capaz de precisarlo

Amigos míos era el día en que se estrenaba
<>
así que ya se lo pueden imaginar

Y Mario y Orlando reían pero como en cámara lenta
como si en el mural en el que vivían
no existiera la prisa o la velocidad

No sé si me explico
como si sus risas se desplegaran minuciosamente
sobre un horizonte infinito

Esos cielos pintados por el Dr. Atl, ¿los recuerdas?
sí, los recuerdo, y también recuerdo
las risas de mis amigos

Cuando aún no vivían dentro del mural laberíntico
apareciendo y desapareciendo como la poesía verdadera
esa que ahora visitan los turistas

Borrachos y drogados como escritos con sangre
ahora desaparecen por el esplendor geométrico
que es el México que les pertenece

El México de las soledades y los recuerdos
el del metro nocturno y los cafés chinos
el del amanecer el del atole

jueves, 2 de junio de 2011

LISERGIC ACID


He introducido el veneno en mi lengua
he dejado que el infierno sacrifique mis
lágrimas y con sus cuchillas maltrate mi carne,
mis nervios retorcidos.
He viajado hacia el trance más absurdo buscando
paraísos que me ayuden a escapar de la ilusión que
guardan en su interior mis ojos.
Y me he forjado una armadura fuerte con vidrios
incrustados en mi carne para que solo yo pueda hacer
daño a mi cuerpo,
escupiendo a la cara de esos fantasmas que me
persiguen,
exprimiendo con mis propias manos esa masa acuosa
y blanda que se encuentra incrustada en mi cráneo,
implantada en mi cuerpo como una extensión obligada,
un órgano extraño impregnado de sangre.
Es entonces cuando con mis manos bañadas en carmesí
empuño fuertemente el pequeño y cuadrado cartón llevándolo
con lentitud a mi reseca boca, Extiendo mi vista hacia el cielo
lanzando una impronunciable Oración.
¡Ah, es hora de enfrentar un nuevo amanecer!


Por Joaquín Ramírez Jiménez (Ikashi Merodach)
Silencio.