jueves, 2 de junio de 2011

LISERGIC ACID


He introducido el veneno en mi lengua
he dejado que el infierno sacrifique mis
lágrimas y con sus cuchillas maltrate mi carne,
mis nervios retorcidos.
He viajado hacia el trance más absurdo buscando
paraísos que me ayuden a escapar de la ilusión que
guardan en su interior mis ojos.
Y me he forjado una armadura fuerte con vidrios
incrustados en mi carne para que solo yo pueda hacer
daño a mi cuerpo,
escupiendo a la cara de esos fantasmas que me
persiguen,
exprimiendo con mis propias manos esa masa acuosa
y blanda que se encuentra incrustada en mi cráneo,
implantada en mi cuerpo como una extensión obligada,
un órgano extraño impregnado de sangre.
Es entonces cuando con mis manos bañadas en carmesí
empuño fuertemente el pequeño y cuadrado cartón llevándolo
con lentitud a mi reseca boca, Extiendo mi vista hacia el cielo
lanzando una impronunciable Oración.
¡Ah, es hora de enfrentar un nuevo amanecer!


Por Joaquín Ramírez Jiménez (Ikashi Merodach)
Silencio.

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